Saturday, January 12, 2013

¿esclava o sumisa?



¿esclava o sumisa?

Creo que es uno de los debates más usuales dentro de la comunidad BDSM; sujeto a las definiciones variopintas y personales de cada individuo; dependiente por completo de las consideraciones de ambas partes, tanto Dominantes como sumisos, aunque normalmente sean los Amos quienes determinarán el comportamiento a medida que la relación avance y en base a ello discernir si tienen en sus manos a una sumisa o a una esclava. Pero tampoco hay que descartar la manera en la que ésta o éste último se perciben a sí mismos y a sus deseos particulares.

Al contemplarme a mi misma en el espejo brumoso de la autoconciencia, en realidad no logro distinguir ni un ápice del tan sobre-exigido "decoro" femenino o  el respeto hacía mi persona que mis progenitores tuvieron la intención de incultar en la infancia. Nada estaba mal, nada era "poco propio", ni vulgar a menos de que ellos me dijesen lo contrario -La mayoría de las veces eso no sucedía-. Y ahora comprendo el hecho de que, siempre he sido un lienzo en blanco, un alma virgen y silvestre que se siente perdida sin la opinión o prerrogativa de una mente ajena a la mía. Tengos los deseos comunes de cualquier ser humano que crece en una sociedad moderna: estudiar, trabajar, superarse. Pero muestro incapacidad para tomar la gran mayoría de las decisiones que un adulto ya debería saber haber hecho. Caresco del sentido de orgullo del que la gran mayoría de mujeres podría jacterse, y la cantidad ínfima que poseo de éste es sólo porque me enseñaron que debía tenerlo. Sólo la medida "predeterminada" de virtudes socialmente aceptables. Ni siquiera sabía todo esto por mérito propio... Pues todo lo que soy y lo que sé de mi, es gracias a mi Dueño.

Conocí la sensación de realmente querer realmente algo, cuando le conocí a Él y cuando su Felicidad se convirtió en la mía; cuando sus expectativas fueron las únicas que quise alcanzar, cuando el orgullo de Él fue al único que quise alimentar.  

Ya no quiero tener la opción de hacer o no hacer cualquier cosa, quiero hacerlas porque Él así lo desee. Ya no quiero vivir sin su guía constante, sin escuchar su voz diciéndome qué camino tomar; sin sus instrucciones previas para cada situación. Me desvanecería sin su sonrisa al ver como le sirvo día con día, lo haya Él solicitado o no. Abandonaría la tierra, flotaría a la deriva sin sus cadenas sujetas a mis muñecas y pies a su trono. Perdería mi identidad sin un collar que me recordase quén soy y por qué existo todas las mañanas. 

¿Por qué debería creer que tengo límites y libertades si ni siquiera yo misma las conozco a cabalidad?
¿Por qué sólo someterme a Él de ves en cuando? ¿Por qué no hacerlo durante todo mi vida, sin fecha u horario?
¿Por qué limitarlo a Él cuando lo amo y dependo de su libertad para hacer y deshacer con mi cuerpo y mi alma lo que Él desee?

Por eso soy una esclava y no una sumisa



 {S}lilu

Wednesday, January 9, 2013

Lo Divino en lo "Perverso"



¿Es el BDSM  un juego de dolor y poder? Creo que no existe mayor error que pensar que esta práctica encaja en este estereotipo tan limitado.

El BDSM es el placer, de dar placer; así como el comer y beber es el placer de alimentar el cuerpo. Es el vehículo, el medio para acceder a ese rincón del alma humana oculto tras el velo de ignorancia oscurantista que la sociedad y la religión han querido mantener en nuestra conciencia. Un rincón en el que podemos ser nosotros mismo y establecer una profunda conexión con los corazones de otros, donde las defensas caen a nuestros pies junto con las máscaras y las prendas de vestir.
Entre deseo de dominar y ser dominado existe un intervalo, un estado espiritual, tántrico.

¿Y qué es el “Tantra”?

Esta tradición milenaria, esotérica, es un conjunto de enseñanzas que hablan de utilizar el deseo como sendero hacía la realización del espíritu. La expresión puede entenderse como “Continuidad de la luminosidad”.

En el hinduismo, el Tantra encierra técnicas de meditación y ritualización del acto sexual para integrar las energías femeninas y masculinas, obteniendo así el placer total. 

Haciendo un paréntesis. Cuando hablo de estas energías no estoy discriminando a aquéllos que disfruten plenamente de su sexualidad con individuos del mismo género, porque incluso en dichas relaciones se puede observar la confluencia de estas energías que cohabitan en cada persona, y que así como en la genética se habla de caracteres dominantes, espiritualmente también sobresaldrán aspectos femeninos o masculinos que moldearán al ser a pesar de su género.

Sin la unión de las energías es imposible alcanzar la iluminación. Y es así en toda relación.

El BDSM no es diferente.  Podemos observar los mismos principios para la Realización de un D/s puro, real y satisfactorio, reflejados en la noción que la tradición Hindú posee respecto a los Tantras, divididos y a menudo  redactados como un diálogo en el que el dios Shivá responde a las preguntas de su esposa Devī, cada uno en los papeles de maestro y discípula. Estructurados en cuatro apartados:
  • jñana (‘conocimiento’)
  • yoga (‘práctica’)
  • kriya (‘acción’)
  • charya (‘conducta’, culto).

Sin tomar en cuenta lo que cada término implica con respecto al mundo estrictamente 
tántrico, en su significado “base” si se puede establecer la relación,

Conocimiento: para nosotras las sumisas, involucra el desarrollo de la conciencia del propio ser sobre el gusto por la sumisión y la aceptación del mismo. También es la guía que nuestro Amo debe de proporcionarnos  para estar 100% conscientes de nuestra naturaleza, para conocernos y que este conocimiento sea compartido con Él para así continuar avanzando.

Práctica: son los medios que nos proporciona nuestro Amo para comprender el funcionamiento de la mente y del cuerpo durante las “sesiones”. A través de la cual se cultiva y madura al cuerpo, así como también a la conciencia para dar como resultado una mayor entrega.

Acción: es la devoción activa de la sumisa para con el Amo, es la unión continua con Él y la fidelidad para con la relación D/s, mediante la adecuada práctica de los deberes cotidianos que éste le ha impuesto y aquellos que nazcan de parte de la sumisa como una iniciativa en forma de ofrenda a su Dueño. Por ejemplo: el trato servicial o los ejercicios que el Amo considere apropiados para pulir el desempeño de la sumisa.


Conducta, Culto: El lugar de la sumisa en el universo,  la devoción pasiva. El culto hacía su Amo traducido en pensamientos y sentimientos.


La intención pues, no es afirmar que la práctica de cualquier enseñanza tántrica tiene una relación directa con el BDSM, o que se trata de lo mismo. Sino, ofrecer una visión más amplia de éste exaltando sus virtudes y similitudes con enseñanzas antiguas, que no son extrañas ni aberrantes, como el estudio de un arte marcial, la meditación o el abstenerse de comer alimentos  no orgánicos con el propósito de llevar una vida más sana. El BDSM es un estilo de vida,  que es opcional y que puede -si se quiere- ocasional. No es para todos pero tampoco es motivo de vergüenza. 

I learned how erotic punishment could be given lovingly and consciously and that BDSM is actually just a form of warm contact and sexual energy exchange. - "Tantra Meets BDSM: Discovering the Divine in the Kinky" by David Smithy

Sunday, January 6, 2013

Soy




Soy la niña de sus ojos, la dama que le enorgullece, la zorra entre sus sábanas y la Diosa de su Universo.

Soy la fe que os da fuerza, la inspiración de sus sueños y la droga que procura sus delirios.

Soy la lujuria encarnada, la ternura que le arropa y la alegría en una sonrisa.

Soy muchas, pero al mismo tiempo una. Soy única y totalmente suya.


{S}lilu


Friday, January 4, 2013

Primer Encuentro



Mi Amo me ha ordenado que escriba sobre nuestro primer encuentro..

Ciudad de México
Paseo de la Reforma



Finalmente mis pies tocaban suelo mexicano. Hacía varias horas que había caído el manto de la noche y mi Amado estaba allí en el mismo Hotel, aguardando por mí en alguna habitación del piso superior confiando en que acudiría a nuestra cita. Sería la primera vez que nuestros cuerpos se tocarían de la manera íntima que ambos llevábamos tanto tiempo fantaseando, pues la distancia que hasta ese momento había estado de por medio, dejaba un vacío que sólo era mitigado por la promesa de nuestra mutua necesidad siendo satisfecha. Y era tal la ansiedad que padecía allí, sola en el cuarto de baño de mi recámara, que no dudé en volver a repasar cada detalle de mi cuerpo buscando cualquier cosa que a Él pudiera desagradarle; aunque había afeitado mis piernas el día anterior al vuelo, volví a repetir la tarea, Él merecía disfrutar de toda la suavidad posible bajo sus sagradas manos. Peiné mi cabello -que en aquél entonces era rojo- una y otra vez hasta que estuve contenta con el resultado; me pregunté si debía usar maquillaje, pero recordé que a mi Señor no le agradaba el aroma y mucho menos el sabor artificial que dejaba en los labios, por lo que simplemente dibujé  en mis ojos con el lápiz delineador, esos "rabillos" felinos que tanto me gustaban y que tuve que corregir un par de veces, porque mi cuerpo antes que mi mente sabía que el momento había llegado. Mis manos temblaban, me apoyé sobre el lavabo para recuperar el aliento, miré mi reflejo pero la chica que me devolvía la mirada no estaba asustada, sonreía radiante sabiendo que dentro de unos minutos se entregaría al hombre de sus sueños, no a un cualquiera. Tras inspirar profundamente salí al corredor.

Ni un alma había en el pasillo, lo cual era bueno porque yo apenas llevaba una camisola de raso color azul profundo, a juego con la bata. Silenciosos eran mis pasos mientras me deslizaba escaleras arriba. No recuerdo si llevaba o no sandalias, yo sentía que flotaba; era vapor evanescente impelido por el deseo, no por el viento. Y ya ante aquella puerta, detrás de la cuál me encontraría cara a cara con mi destino, supe que no había otro sitio en el mundo en el que quisiera estar; aunque fuese yo un sacrificio con forma de doncella para aplacar la ira de un Rey o una Bestia, de hecho... Tal perspectiva me excitó. Di un par de golpecitos a la puerta, ya estaba hecho, llegué al fin del camino y sólo quedaba esperar.

Pero mi Amo no respondió con demora. En menos de diez segundos la puerta se abrió y de la oscuridad emergió su silueta erguida en toda su altura; la camiseta negra, sus cabellos color azabache, la barba haciendo contraste con su piel blanca... Pero lo más impactante eran sus ojos, negros... Pura magia negra y seducción hecha hombre. Dejé de respirar en  ese instante, completamente absorta durante lo que me pareció toda una eternidad, hasta que el hechizo fue roto por el sonido de su voz.

- Veniste...- Dijo.
- Claro que si - Le respondí yo casi en un suspiro.

Me pregunté como era posible que llegara a pensar que yo podía plantarlo, pero recordé mis errores pasados y en silencio me juré a mi misma que haría lo imposible para no decepcionarlo.

El verlo allí frente a mí, un delirio materializado, doblegó todo anhelo egoísta. Sentí la imperiosa necesidad de complacerlo.

Cuando me di cuenta ya estábamos adentro. Él cerró la puerta y pasó el pestillo. Yo, sin pensármelo dos veces me arrodillé ante mi Señor, dejándome llevar por un instinto desconocido e inesperado, que barrió con la lógica y exigía una demostración de devoción en la que el placer de Él sería la máxima meta, y el mío su consecuencia. Pero al momento de empezar a desabrochar su pantalón, Él me detuvo.

- No hagas eso

¿Acaso habría hecho algo mal? No me atreví si quiera a mirarlo debido a la vergüenza de creer que me había equivocado. Tal vez pensaba que era yo demasiado guarra y que sólo quería sexo.

Me tomó por las manos para ayudar a que volviese a ponerme en pie, y sin más preámbulo unió su boca a la mía con el sentimiento ambiguo de la pasión posesiva queriendo ocultarse tras una máscara no menos honesta de ternura. Con ese beso mi Señor asió las riendas de mi cuerpo y me guió hasta la cama; con sus grandes manos fue deslizando la tela de la bata, apartándola de mis hombros; noté la transición de sus emociones, del amor más cuidadoso, al deseo a duras penas contenido cuando dejó caer al suelo la camisola azul y descubrió mi lencería negra. Sólo entonces recordé que decidí dejármela puesta ya que intuí que el detalle sería de su agrado, y su expresión corroboró esa sospecha.


Si ya estando acostada me sentía íntimamente vulnerable, cuando él me despojó de las bragas estuve completamente indefensa. Yo además había  rasurado mi sexo, lo que contribuyó a dicha sensación. Estaba expuesta.

Una ofrenda.

Respiraba como si hubiera estado corriendo kilómetros, y en ese segundo que él se hincó separándome las piernas creí que moriría de la desesperante ansía.

Su lengua comenzó a consentir mi sexo, y a pesar de que mi cuerpo agradeció tan necesitada caricia, al principio no pude disfrutarla plenamente porque me debatía con la idea de que no debía ser complacida antes que mi amado... Extraño pero cierto. Mas, enseguida entendí que si así él lo dispuso yo no era quien para negarle su antojo. Y me dejé llevar... Fue como volver al Edén; me llevó al nirvana en sólo un momento.



Intercambiamos lugares, él se acostó en la cama con su miembro ya afuera, duro. Se me hizo tan apetecible que prácticamente -y en mi estado de excitación- me abalancé sobre Él como una leona hambrienta. Al lamerlo no percibí el aroma desagradable ni el sabor que secretamente había estado esperando, en lo absoluto; todo en mi Amo era sensualidad, diferente a todo lo que había llegado a entrever durante una juventud de curiosidad libidinosa.



No se dejó venir en mi boca, Él tenía otros planes antes de eso. Así que me recordó la manera en la que quería que yo me entregara, porque no me tomaría Él a mí... Su doncella llevaría a cabo dicho ritual.

Con los nervios a flor de piel, me coloqué a horcajadas sobre su cuerpo, dejando mi sexo justo sobre su miembro. Y sin saber lo que hacía pero con una sonrisa inocente en el rostro, tomé su pene con mi mano e intenté sostenerlo para que entrase poco a poco en mi vagina. Una vez sin éxito y la siguiente siendo sorprendida por un dolor que no era ajeno a la "teoría" que conocía ya, pero que seguía siendo incomprensible. Me dije a mi misma que pasaría, y aunque éste no hacía otra cosa que empeorar, recordé mi juramento, no podía echarme para atrás por lo que continué hasta que me hube enterrado totalmente en su pene. Estaba contenta, pero al mismo tiempo adolorida y decepcionada de mí, porque sentía que le debía a Él mi placer, que esa era también una ofrenda.

Mi Amo debió percatarse de esto, porque me tomó por la cintura y me apartó con cuidado. Me tranquilizó puesto que había hecho lo que Él quería. Se movió para situarse sobre mi, levantó mis piernas colocando una y la otra a cada lado de su cabeza; sus manos sujetaron las mías contra la almohada  y entrelazó nuestros dedos. Me miró mientras volvía a unir nuestros cuerpos, en ese intervalo supe que mi historia acababa de ser reescrita, no habría un Antes de Él ni un Después, sólo Él.




Ignoro por qué, pero después llevé mis dedos a mi sexo y cuando volví a mirarlos estaban llenos de sangre. Estupefacta, porque creía que ya era imposible que eso pasara, se los mostré a mi Dueño; estallé en risas de alegría. Pero Él quiso comprobarlo de primera mano y me recostó nuevamente, abrió mis piernas. Sea lo que sea que la visión de la sangre despertó en su ser, no me lo esperaba. Comenzó a lamer y a succionar con verdadera necesidad mi sangre, como si estuviera sediento; con los labios y la barba teñidos de rojo, me besó. Quizás fue ese el beso más excitante de toda mi vida, porque el sabor de la sangre junto con el delicioso sentir de su boca despertó nuevas sensaciones en mí.


 Tras una exclamación, cuando el encanto de aquél beso aún pendía en el aire, aferró mis caderas, me empinó y esta vez fue Él quien me poseyó. Entró e mí con fuerza, adaptándose rápidamente a la estrechez de mi vagina que continuó penetrando sin dar tregua. Había dejado de ser el hombre atento que me recibió en un principio, pero no era como si alguien más hubiera llegado para ocupar su lugar, yo sabía que seguía siendo mi Amado pero estaba mostrando su verdadera apariencia, su ser amplificado. Y eso lo adoré, lo supe porque en cuanto comenzó a azotar mis nalgas no me asusté, el hecho me excitó más.

Pero mi Amo no había acabado allí, sin previo aviso me tumbó boca abajo contra las almohadas, separó mis nalgas y empezó a lamer mi ano.

-¡No!- fue lo primero que dije
-¿Por qué?
-A lo mejor no te gusta...
- Silencio

Y continuó. Lo hizo por largo rato, pero justo cuando estaba por comenzar a gozarlo se detuvo. Lo siguiente que sentí fue su miembro intentando entrar en mi ano, a lo cual mi cuerpo opuso natural resistencia, pero Él no desistió hasta que entró. El dolor era muy intenso, me arrancó gemidos muy fuertes mientras que mi Señor continuaba abriéndose paso hasta que hubo llegado al límite. Comenzó a moverse hacía afuera y a adentro de nuevo; el ritmo no era suave, eran embestidas demandantes, hasta que lo que empezó siendo  una tortura de forma repentina se volvió algo placentero. No, no había dejado de doler... Y me estaba gustando.

 

Gemía tan fuerte que seguramente más de uno habrá podido escucharme, pero era tan sexy. Me aferraba con uñas y dientes a la almohada.



- Me duele... - Repetía yo hacía el final. Y mi Amo se detuvo, salió de mi.
-¿Entonces por qué estas tan mojada?-

No supe que responder ya que tenía toda la razón. Sentía mis muslos húmedos y me reí. Estaba húmeda como nunca, roja, caliente.

 Permanecimos en silencio un par de minutos en los cuales tenía Él su mirada posada en mi rostro, estudiándome, yo, sonriente le dediqué una sonrisa y me pidió que fuera al baño a asearme. Podía percibir su preocupación, eso me conmovió.

Nos levantamos, Él fue a sentarse en una silla cerca de la cama; yo me subí sobre sus piernas mirándolo. Volvió a penetrar mi coño y aunque en esa ocasión entró muy fácil, seguía doliendo. No me importó, así que no nos detuvimos hasta que notamos que la silla no aguantaría demasiado.

Nuevamente apesadumbrada me dirigí a la ventana, cual era bastante grande y tenía una panorámica interesante con el famoso monumento del Ángel hasta el fondo. La luz azulada de los faroles iluminaba la habitación a oscuras.

- Lo siento, creí que dejaría de doler... - Musité
- No te preocupes.

Me abrazó por la espalda unos segundos, ya que casi de inmediato empujó mi cuerpo contra el frío cristal -las cortinas estaban descorridas-, levantó una de mis piernas por el muslo y volvió a penetrarme por el ano. Esta vez me gustó más, mi aliento empaño el vidrio. Puede que algún curioso estuviera observándonos en el edificio de enfrente, pero era una posibilidad que aumentaba mi morbo.



-Te mojas así cuando te cojo de esta manera porque fuiste hecha para mí. Eres perfecta... - Dijo Él entre suspiros. Y yo me sentí eufórica, era su mujer, suya.

Thursday, January 3, 2013

Apariencias Vs Realidad: El manifiesto de una esclava





En épocas pasadas el arquetipo de la mujer perfecta era el de una joven esposa abnegada, cariñosa, silenciosa; conformista excepto para aquello referente a su marido, su apariencia, hijos, hogar. Y que no crecía más allá de los límites de esas cuatro paredes. Su desarrollo como persona individual no estaba contemplado dentro de la conciencia social contemporánea de aquél tiempo.

Indudablemente la sociedad ha cambiado y las mujeres junto con ella han tomado la "batuta" y asentado precedentes importantes para redefinir su imagen ante el mundo masculino. Pero nada es perfecto, y así como existe aún la violencia de género tanto en las religiones ortodoxas como en las comunidades modernas y "civilizadas", la gran mayoría  de los seres humanos siguen persiguiendo la idea de una falsa utopía dentro de una realidad blanco y negro, sin cabida a intermedios. Un triángulo en cuyas puntas inferiores se encuentran el "Machismo" y "Feminismo", mientras que en la cúspide hallamos la "Igualdad".

Lo cierto es que no hay utopías, no existe aquella presunta igualdad. Si bien hay muchas cosas en nuestro maravilloso universo que parecían imposibles de ser alteradas, creadas o destruidas, y a pesar de ello el humano lo ha conseguido, con la igualdad sólo se puede soñar, ambicionar... Pero jamás alcanzar. No es más que una mentira en la quieren creer, porque simple y llanamente  somos diferentes; física, psicológica e incluso espiritualmente. No hay igualdad, sólo excepciones.

No digo que seamos incapaces de lograr los mismos objetivos, pero existen circunstancias que nos recuerdan que esa ilusión de lo que es "justo" para uno, no lo es para el otro.

Contrario a lo que podría creer una mujer común -digamos, "vainilla"-, el ser sumisa o esclava no implica tener baja autoestima, no quiere decir ser conformista, no se trata de convertirse en un objeto inútil, ni de quedarse parada recibiendo golpes por cualquier motivo; de absoluta carencia de voz o voto. Y tampoco el ser sumiso o esclavo es dar cabida a la creencia de que se es débil o poco hombre. Pero lamentablemente eso es lo que piensan, y de forma muy equivocada. 



Para ellos los "Amos" son la encarnación pura del Machismo, pero son las mujeres las verdaderas precursoras de  la expresión y de dicho comportamiento, ¿Acaso no son esos hombres los hijos de una generación de mujeres realmente conformistas y débiles? 

El igualmente infame Feminismo no es más que un eufemismo para describir un proceder que empezó siendo noble y necesario, pero que terminó convirtiéndose también en una excusa para ser misógino. Las "feminazis" que apoyan la idea de que sólo por ser mujeres merecen tratos especiales y superiores a los que se les da a los hombres, comparten la misma manera de pensar retorcida de su contraparte. Me ha tocado ver mujeres quejándose de estar esperando demasiado tiempo en una fila que da prioridad al orden de llegada, sólo porque sus asuntos son más importantes que los que pudieran tener los demás, que deben de hacerla pasar antes que el resto, que son hombres.

De nuevo, son extremos. Y el verdadero punto de todo esto, es que las relaciones D/s no están sujetas a los paradigmas sociales comunes. Trata de conocerse a sí mismo, de aceptar la verdadera naturaleza y entregarse voluntariamente. Los Am@s no son machistas o feministas, son personas cuya estabilidad emocional se sostiene con el acto de procurar y de tener el control sobre otra, pero sólo si ésta así lo desea. La persona sumisa no está obligada en contra su voluntad a cumplir con las órdenes del Dominante, ni a hacer nada insoportable físicamente, o provoque un daño irreversible.

Eso es el BDSM, una práctica que debe ser Sana, Segura y Consensuada.




La esclavitud es..


Hapiness in Slavery - Nine Inch Nails




La Esclavitud no se trata de sufrimiento
… La esclavitud trata de servicio
La Esclavitud no se trata de humillación
... La esclavitud es acerca de humildad
La Esclavitud no se trata de dolor
… La esclavitud es acerca de estar presente
La Esclavitud no se trata de ser usado
… La esclavitud es sobre ser de utilidad
La Esclavitud no se trata de control
… La esclavitud es acerca de liberarse
La Esclavitud no es sobre tus deseos
… La esclavitud consiste en dar a otros
La Esclavitud no se trata de abuso
… La esclavitud trata de aceptación
La Esclavitud no es sobre  probar algo
…La esclavitud se trata de ser auténtico
La Esclavitud no se trata de desprecio
… La esclavitud  trata de respeto
La Esclavitud no se trata  de cómo te ves
… La esclavitud es sobre cómo te preocupas
La Esclavitud no es acerca de negarte a ti mismo
…La esclavitud es acerca de ser abierto
La Esclavitud no se trata de castigo
… La esclavitud se trata de disciplina
La Esclavitud no se trata de ser incapaz de escapar
… La esclavitud se trata de ser comprometido
La Esclavitud no es acerca de sumisión
… La esclavitud  trata de obediencia
La Esclavitud no es sobre el temor
… La esclavitud se trata de confianza
La Esclavitud no se trata de sexo
… La esclavitud trata del amor
La Esclavitud no es sobre el placer
… La esclavitud es acerca de la felicidad   


-Slave David Stein~

Tuesday, January 1, 2013

El primero de muchos




30 de Diciembre

Durante estas festividades las reuniones están a la orden del día, por lo que naturalmente me vi en la obligación/alegría de viajar para visitar a mi Familia. 

Alegría, porque no los veía desde hace un año. Después de una vida de compartir con ellos cada fecha importante en el calendario y tras haberles dejado el vacío de mi ausencia era absolutamente necesario para mi "lamer" las heridas e iluminar sus días una vez más.

¿Obligación?, porque mi Amo no podía acompañarme... Soy extranjera, y el viajar representó para mi reto muy duro después de un año de vivir a su lado, de disfrutar del calor de sus brazos, del placer infinito que sus labios. Una separación muy larga, un mes y 18 días... A sólo 2 semanas para regresar a Él, estas vacaciones llevan al límite mi voluntad para mantenerme cuerda.

Pero esa noche del 30, mi Dueño me ha concedido el regalo de verle en una videollamada. Un honor y premio que había estado reservando celosamente para cuando Él lo considerase oportuno. Pero la espera valió absolutamente cada día, pues al momento de verlo... De escuchar su voz, de vanagloriarme con cada detalle maravilloso de su piel blanca haciendo hermoso contraste con su cabello negro; el perfil fino de su nariz, perfecta en cada línea; su mirada intensa, su porte imperioso. Sentí una emoción tal que me hizo retroceder hasta los años de mi tierna e ingenua juventud, donde una niña enamorada veía pasar al objeto de sus inmaduros deseos frente a Ella.

Ya me había dicho Él con anterioridad que mi voz cambiaba totalmente cuando le hablaba, porque se suavizaba abandonando el tono grave con el que me comunicaba con otros mortales. Pero nunca antes este detalle fue tan evidente para mí como lo fue aquella noche. Mi corazón latía con fuerza, la sonrisa en mi rostro amenazaba con seguir permanentemente allí; reía como tontita apenada cada vez que utilizaba el tratamiento de "usted" para referirme a mi Dueño, tal y como Él había ordenado. Era yo, una humilde servidora rindiendo cuentas antes su Señor.

Hablamos de los detalles de mi regreso. Daría inicio a mi educación formal como sumisa luego de un período extenso de "descanso" mientras nos adaptábamos a nuestra vida como casados.

Él estaba feliz con mi aceptación, y decidió que debería irme acostumbrado a la idea de Babear como la perra que era. Hacerlo me liberaría poco a poco de la verguenza incoherente que la sociedad marca como pauta de decoro, y empezaría esa misma noche. Me ordenó ir a masturbarme antes de acostarme y babear mientras lo hacía; tenía prohibido escupir y tragar saliva, sólo podía abrir la boca y disfrutarlo mientras las gotas se deslizaban por mi mentón.

En esos momentos estaba quedándome a dormir con una de mis primas, pero desde hacía bastante había perdido yo el "respeto" a circunstancias como esas, así que me fui al baño para ejecutar la orden de mi Señor. El requerimiento llegó a preocuparme en cierta medida porque no soy de las personas a las que se les haga sencillo "babear" en cualquier momento, y temía fallarle. Mas, aquella excusa se desvaneció de mi mente al recordar mi máxima como sumisa: Obedecer. Así que allí, encerrada en el  baño, comencé a tocarme, a concentrarme en su provocativa voz, en su presencia omnipresente en mí como un ente invisible y poderoso. Y poco a poco la saliva fue fluyendo a través de mi boca, deslizándose hacía mi lengua que saqué como buena perrita; utilizando el exceso para humedecer mis pezones duros aumentando así el placer de la entrega mental que le hacía a mi Dueño aún en la más basta distancia, cumpliendo.

31 de Diciembre. Fin De Año

La noche anterior, antes de mi última encomienda. Mi Dueño dejó otra tarea para mí: Iría sin bragas a la reunión familiar, sin derecho alguno a evasivas, sin importar si mis padres se percataban del detalle; me masturbaría al final de la cuenta regresiva para dar inicio al año 2013 y babearía para comenzar mi primer año oficial como su sumisa. Hacerlo me inspiraba tal emoción, tanta como si me hubiese pedido escabullirme con Él para ser usada pese a la presencia de mis padres, abuelas, y tías en aquella enorme casona en la que vivían.

Arreglé mi cabello, me maquillé con encanto, me puse mi vestido de lentejuelas doradas, me calcé mis sandalias de tacón alto para presumir mi manicura francesa, y acudí a la velada sintiéndome como una auténtica mujerzuela perfectamente preparada para cumplir con su función. Y luego de los abrazos, de las felicitaciones apropiadas, me encaminé al baño de nada más y nada menos que de mi abuela para obedecer a mi Dueño una vez más. Le probaría lo buena perra que soy, a eso estaba decidida... Por lo que me llevé la cámara digital de mis padres para tomar fotografías como demostración de mi obediencia, en las que me vería babeando como si en ese momento estuviera allí llevándome al éxtasis.



Feliz Año Nuevo 2013 Am@s y Sumis@s

Que el placer y el dolor los llenen de deliciosas bendiciones



{S}Lilu